Los recipientes tiene un objetivo específico y, usualmente, su diseño tiene una razón de ser y no está hecho al azar. Ya sea que facilita portarlo, lo hace más atractivo al público o mantiene fresco el producto, un recipiente es un elemento de diseño bien pensado y en el cual se han vertido miles de horas en planeación y desarrollo. O no.
En los siguientes 16 casos, sendos recipientes nos demuestran que a veces a los fabricantes y a las tiendas les da igual si están creando más basura, si el producto es confundido con otro (causando potenciales accidentes) o si, de plano, no es el modo ideal de empaquetar algo. También tenemos ejemplos de reduflación. Hay que ver para creer.
1. La oveja negra

2. La venta individual reduciría la basura

3. Me deben medio filete vegano

4. Fecha de caducidad en letras negras, fondo negro

5. Paso Uno: Partir estas instrucciones por la mitad

6. Etiquetas bien adheridas al interior de los trastos

7. ¿Cuánto va? Reloj de arena opac

8. Líneas absorbentes impresas, no perforadas

9. Salero con tapa atornillada de una sola vuelta

10. Mucho empaque, poca galleta

11. Jugos en botes parecidos a detergente

12. Empaque no reciclable para zanahoria de 80 gramos

13. ¿Y el relleno de crema de fresa?

14. Sanitizador de manos en envase de agua

15. Ampolletas plásticas de jugo de limón empacadas en más plástico

16. Bote grande, contenido pequeño

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